En un documental titulado “Unidentified: Inside America’s UFO”, Luis Elizondo, exdirigente de un programa secreto estadounidense sobre el fenómeno OVNI, realizó por primera vez una serie de revelaciones inquietantes sobre sus experiencias. El documental fue transmitido hace algunos días por el canal History en los Estados Unidos.
Top Secret.
Aunque el documental cuenta con la colaboración de otros expertos en el tema, el gran protagonista de la investigación es Luis Elizondo. Este sujeto lideró el Advanced Aerospace Threat Identification Program (AATIP), un proyecto que el Pentágono puso en marcha en 2007 con el propósito principal de indagar los múltiples reportes de objetos voladores no identificados (OVNIs). Tras cuatro años en servicio, Elizondo dejó su cargo en AATIP.
Sin embargo, sería hasta 2017, durante una entrevista para The New York Times, que confirmó la existencia de esta agencia proporcionando detalles sobre su misión. Según la información promocional del documental, Elizondo revelará más secretos sobre la AATIP, programa al que renunció ante la falta de respuesta por parte del gobierno a los hallazgos realizados por su equipo. En palabras del oficial, el gobierno estadounidense se mostró “reacio” a enfrentar los peligros potenciales que representan los OVNIs.
El fenómeno OVNI.
Por desgracia, en el documental no se confirma de forma gráfica la existencia de naves espaciales. Por otro lado, Elizondo propone dejar de lado los estigmas en torno al tema y hablar abiertamente sobre estos misteriosos avistamientos, que podrían representar una amenaza mucho más real que los propios seres de otros mundos.
Desde hace décadas, el fenómeno OVNI ha provocado fascinación entre las multitudes. Sin embargo, también representa un desafío para el personal que vigila la seguridad nacional. Antes de que existiera el AATIP, la Fuerza Aérea estadounidense puso en marcha un proyecto similar bajo el nombre clave Blue Book, que entre 1952 y 1969 investigó más de 12 mil avistamientos OVNIS a lo largo y ancho del país.
AATIP.
En la época que Elizondo estuvo al frente de la AATIP, sus colaboradores elaboraron informes sobre OVNIs que surcaban el cielo a velocidades hipersónicas, superando hasta cinco veces la velocidad del sonido. Sin embargo, estas aeronaves no encajan en las características esperadas de un objeto viajando a esa velocidad, como las explosiones sonoras.
Además, estos objetos tenían una movilidad “sobrenatural” pudiendo acelerar tan rápido que la fuerza g experimentada sobrepasaba por mucho a la que pueden soportar las aeronaves más modernas o los humanos más entrenados. Uno de los aviones con mayor maniobrabilidad en la flota aérea de los Estados Unidos es el F-16 Fighting Falcon, que puede alcanzar hasta 16 g. Para fines comparativos: humano sólo es capaz de soportar 9 g durante un corto periodo de tiempo antes de perder el conocimiento.
“Las cosas que observábamos soportaban hasta 500 G. Carecían de alas o motores, y aparentemente desafiaban los efectos naturales de la atracción gravitacional de la Tierra”, dice Elizondo.
Ciertos reportes que llegaron al AATIP fueron explicados como pruebas de misiles vistos desde cierto ángulo o drones militares. Eso sí, Elizondo hace énfasis en que muchos de los OVNIs que investigó carecían de una explicación lógica, aunque no encontró evidencia suficiente para asegurar que se trataba de naves tripuladas por seres de otros planetas.
¿Amenaza nacional?
Una posibilidad mucho más inquietante que la invasión extraterrestre es que algún grupo o país esté desarrollando secretamente tecnologías superiores y distintas a todo lo que conocemos. Para Elizondo, considerar esta posible amenaza a los Estados Unidos es un paso necesario que los funcionarios del gobierno (incluso los que respaldaron el proyecto AATIP) no toman con la debida seriedad.
Además, el oficial cree que todo el secretismo y sigilo involucrado en las investigaciones sobre OVNIs no hace más que reforzar las asociaciones de estos avistamientos con “historias locas y ridículas”.
“¿Revelamos al puedo estadounidense que en Corea del Norte poseían ojivas nucleares apuntadas a Los Angeles, pero no les decimos sobre el conocimiento que tenemos de algo que surca nuestros cielos y no sabemos qué es? Creo que es contradictorios”, finaliza Elizondo.