«Era el barco más grande jamás creado«. Tuvo un final catastrófico: chocó contra un iceberg en el Atlántico Norte, destruyendo el barco y matando a la mitad de sus pasajeros. ¿De quién hablamos? De un barco ficticio que navegaba sólo en las páginas de un libro de 1898. ¿Ves cómo todo se pone interesante?
Aunque la novela «Futility», escrita en 1898 por el escritor estadounidense Morgan Robertson, no habla sólo del barco, aquel incidente nos hace recordar a un barco que sí existió en la vida real.
La historia de Robertson está llena de detalles que parecen que fueron escritas después de 1912. Aquí algunos ejemplos.
Coincidencias Extrañas
Nombre: En Futility , el barco se describe como el barco más grande de su época y se llamó Titan .
Tamaño: Los barcos eran prácticamente del mismo tamaño, aunque el Titanic sólo medía 25 metros más de largo.
Fecha: Los dos barcos que fueron descritos como «insumergibles», chocaron contra un iceberg y se hundieron a mediados de abril.
Velocidad: Ambos eran capaces surcar velocidades superiores a 20 nudos.
Seguridad: A pesar de tener miles de pasajeros a bordo, ambos barcos tenían la cantidad mínima legal de botes salvavidas.
Estas misteriosas «coincidencias» son las que llaman la atención, pero ¿acaso Robertson fue un escritor «profético»?
¿Un escritor ‘profético’?
Paul Heyer, académico del Titanic y profesor de la Universidad Wildfrif Laurier, explicó que dichas similitudes pueden explicarse observando la biografía del autor.
«Era alguien que escribió sobre asuntos marítimos», dijo Heyer. «Era un marinero experimentado, y vio que los barcos se estaban volviendo muy grandes y el posible peligro de que uno de estos gigantes golpeara un iceberg era real».
Las experiencias de Robertson como marinero pudo dar mucho material para escribir con precisión sobre la catástrofe marítima.
La verdadera historia
Por otra parte, la novela no se centra sólo en el Titán. La principal historia es sobre un oficial naval del Titán que recupera el amor de su vida y lucha contra el alcoholismo tras el hundimiento del Titán. También habla de que el protagonista mata a un oso polar para salvar a un niño.
Tras el hundimiento del Titanic, la gente empezó a llamar clarividente a Robertson, título que siempre negó. Solía decir: «No. Sé lo que escribí, eso es todo».
¿Qué opinas? ¿Te cuento otra historia? Bueno, espera la próxima.